lunes, 24 de agosto de 2009

Sobre el Mundo de Tinieblas: Vampiros

VAMPIRO
Un vampiro es un no-muerto. Un ser sobrenatural que sobrevive gracias a su sed de sangre, por la cual obtiene sus poderes. El vampiro bebe sangre (generalmente de los seres humanos), y la transforma en Vitae en su interior. Sangre que utiliza para vivir y llevar a cabo prodigios mágicos asombrosos. (Estos poderes son llamados Disciplinas)

Otras particularidades de los vampiros incluyen sus capacidades físicas sobrehumanas (al poder usar su Vitae para potenciar sus movimientos), su debilidad ante el Fuego y la Luz de sol (hecho por el cual sólo salen de noche), o su tendencia al Frenesí, un estado de pura rabia instintiva en la que la Bestia interior del vampiro le lleva a alimentarse a toda costa sin importar sentimientos o cuestiones morales. Una variante del frenesí es el Rotchscreck, o Miedo Rojo, que es un terror irracional y alienante al Fuego y la Luz solar que hacen que el vampiro sólo desee huir a toda costa.

Como dato, indicar que una estaca en el corazón de un vampiro no lo mata, tan sólo lo paraliza momentáneamente.

CAÍN
El origen de los vampiros es Caín, el primer caído, el cual quedó condenado por Dios. Caín dió entonces su “don” (o su maldición) a otros seres, que a su vez se lo dieron a otros y así sucesivamente. Cada “paso” supuso una dilución efectiva del Vitae original, por lo que cada Generación es ligeramente menos sobrehumana. En el juego de rol en vivo, estas generaciones están agrupadas en cinco categorias que dan una idea aproximada de la antigüedad de esta Generación.

Hay que indicar no obstante, que las primeras Generaciones se perdieron hace ya muchísimos siglos. A lo largo de esto, además, se produjo una diversificación de los tipos de vampiros, acorde con unos ideales y una forma de vida determinada. Esto dió lugar a los llamados Clanes, cada cual con sus poderes y su idiosincrasia.

EL ABRAZO
Para crear un vampiro, este debe “vaciar” a un ser humano e introducir en el cadáver su propia Vitae. Asi renacerá como vampiro. Después, con el tiempo, irá desarrollando sus Disciplinas vampíricas. Este proceso se llama “El Abrazo”. El vampiro recién creado será el Chiquillo, y el creador el Shire del mismo, hasta que se independice como una vampiro “adulto”.

GHOULS
Si por el contrario se le da sangre de vampiro a un ser humano vivo, se produce un Ghoul. Un ghoul desarrolla cierto grado de poderes vapíricos temporales, pero requiere consumir sangre de vampiro con frecuencia. Esto, por otra parte, dará lugar irremediablemente a un Vínculo de Sangre, que es una capacidad de la sangre vampírica para vincular emocionalmente a quien beba de ella, creando una adicción a la sangre de vampiro.

LA CAMARILLA
Como seres inmortales que son, los vampiros viven entre los seres humanos en sociedades secretas de diferentes índoles. La más importante y numerosa de ellos es la Camarilla, una sociedad a nivel mundial con estrictas normas sociales y una organización jerárquica que mantiene la llamada “Mascarada”, o dicho de otra forma, el secreto sobre la existencia de los vampiros. Dicha Mascarada está organizada en torno a la figura de los Príncipes. Los Príncipes son Vampiros de gran poder (personal, social, o ambos) que rigen sobre la comunidad vampírica de una Ciudad con soberanía casi absoluta. Lo único por encima de la autoridad de los príncipes es el Circulo Interno, un grupo de poderosos Vampiros a nivel Mundial que vigila las acciones de los príncipes y la correcta aplicación de las leyes de la Camarilla. El Circulo Interno lo componen así los vampiros más poderosos de cada Clan a nivel mundial, y para ello nombran regularmente a los llamdos Justicar, jueces con poder absoluto para hacer valer dicha Ley, con infuencia incluso sobre los Príncipes. Los agentes de los Justicar son los llamados Arcontes, los brazos armados de estos legisladores, y representantes de su voluntad.

Dentro de la ciudad, otro elemento de poder es la llamada Primogenitura. Esta está formada por los Vampiros más poderosos de cada Clan dentro de la ciudad, y por lo general poseen la labor de consejeros del principe y guardianes de los intereses de cada clan. (En algunos casos, sin embargo, la Primogenitura ha logrado poseer tanto o más poder que el Príncipe) Por debajo de estos elementos de poder, hay una cierta jerarquía de Posición que determina una actitud de deferencia o respeto ante estos. (Agentes de estos, vampiros de confianza... etc) Los Príncipes tienen por tanto jurisdicción de poder sobre su ciudad. Sin su permiso, ni siquiera es posible vivir en esta, y su voluntad no es cuestionada siempre que no se rompan las leyes de la Mascarada y se mantenga asi la existencia de los vampiros en secreto. Estas leyes, o Tradiciones, incuyen tambien ciertos derechos exclusivo de los Principes como el de determinar quién puede engendrar otros vampiros, declarar si otro vampiro debe morir, o exigir responsabilidades por sus descendientes. Los primogénitos también pueden tener estos privilegios si el Príncipe lo ve adecuado.

De entre los castigos más temidos para los que contravengan la voluntad del Príncipe existe la llamada “Caza de Sangre”. Un vampiro declarado en Caza de Sangre podrá ser asesinado por cualquier vampiro sin represalias. (De hecho, es habitual organizar dicha cacería). Otros castigos pueden ser el destierro, o sanciones más leves. Matar a un vampiro fuera de la circunstancia mencionada está prohibido, aunque es labor del príncipe determinar si dicha muerte estaba o no justificada. Lo que sí está terminantemente prohibido es el llamado Diablerie, que consiste en beber completamente a un vampiro y después “absorber” su alma para conseguir sus poderes y su pureza de sangre. Esta práctica se considera un pecado mortal.

Otros elementos de la ciudad a tener en cuenta son los Eliseos, localizaciones concretas declaradas “Suelo libre de violencia”. Estos lugares suelen disponer de un Guardian que se encarga de mantener el órden, y están destinados para las reuniones sociales de los vampiros sin peligro a las posible rencillas entre los mismos. (Generalmente por conflictos previos de los clanes a los que pertenecen)

Indicar por último, que además de la Camarilla o los propios vampiros existen otras organizaciones en el mundo de seres sobrenaturales que lidian con la misma por el control en las sombras de la humanidad, o la propia existencia del mundo. Estos grupos van desde el Sabbat (sociedad anarquista de vampiros en contra de los ideales de organización de la Camarilla), hasta la existencia de los Hombres-Lobo, los Magos, los Changeling, los Cazadores de Brujas... etc.

LAS TRADICIONES

La Primera Tradición: La Mascarada
"No revelarás tu condición a nadie que no sea de tu sangre. Haciéndolo renuncias a tus derechos de sangre"

Una de las tradiciones más celosamente guardadas, la primera tradición prohíbe a los vampiros revelar su naturaleza vampírica a cualquier mortal. Ésta es la premisa sobre la que se soporta toda la existencia de la Camarilla, y es la más importante, pues ya es sabido lo que pueden llegar a hacer los mortales si se organizan y conocen dónde golpear.

La Segunda Tradición: El Dominio
"Tu dominio es de tu responsabilidad. Todos los demás te deben respetar mientras se hallen en tus dominios. Nadie podrá desafiar tu juicio mientras se halle en tu dominio."

La Camarilla considera que los crímenes han de contenerse a nivel de ciudades. Los príncipes son los encargados de ello, siendo el primer escalón en la pirámide del poder dentro de la Camarilla. Ésta tradición es la que les proporciona el derecho de mandar sobre los demás vástagos de su ciudad, siempre hasta cierto punto.

La Tercera Tradición: La Progenie
"Sólo engendrarás nuevos vástagos con el permiso de tus mayores. Si creases progenie sin su permiso, tanto tú como tus descendientes serán eliminados."

Ésta tradición limita la creación de nuevos vampiros, al someterla al control estricto del príncipe. Todos aquellos que deseen tener progenie habrán de hacerlo con su beneplácito. Ésto se hace para limitar el número de vástagos de una ciudad, pues cuando la población de vampiros es demasiado elevada, la mascarada se vuelve cada vez más difícil de mantener. Además, la Camarilla tiene siempre presente de lo que son capaces demasiados anarcas incontrolados.

La Cuarta Tradición: La Progenie
"Aquellos chiquillos que crees serán tu responsabilidad. Hasta que tu progenie sea liberada, habrás de controlarla en todo lo que haga. El castigo de sus pecados será también para tí".

Ésta tradición estipula que hasta que el nuevo vampiro no sea "presentado en sociedad", su progenitor es responsable de todos sus actos. El sire ha de "presentar" a su chiquillo al príncipe cuando esté listo, y éste repite las tradiciones en una especie de ceremonia más o menos formal. Ésta tradición obliga al vampiro que desee crear progenie a elegir con sumo cuidado a su futuro chiquillo, asegurando que la selección sea idónea.

La Quinta Tradición: La Hospitalidad
"Honra el dominio de los demás. Cuando visites otra ciudad, habrás de presentarte a su príncipe. Sin su aceptación, no eres nada".

La mayoría de los vástagos no se arriesgan a viajar, permaneciendo siempre en la misma ciudad. No obstante, cuando éstos viajan, han de tener en cuenta ésta tradición. El recién llegado a una ciudad habrá de buscar inmediatamente al príncipe y presentarse a él. Ésto tiene como objetivo controlar la población vampírica de una ciudad.

La Sexta Tradición: La Destrucción
"Te está prohibido destruir a nadie de tu especie. El derecho de la destrucción pertenece sólo a tus antiguos, y sólo los más ancianos podrán convocar la Caza de Sangre"

La más controvertida de todas las tradiciones y al tiempo la más poderosa, hace referencia a la destrucción de cualquier vampiro. Originariamente, sólo hacía referencia a los sires y sus descendientes, pero la Camarilla ha extendido el derecho de la Destrucción a los príncipes. Ningún vampiro acabará con otro vástago, salvo que cuente con la autorización expresa del príncipe. Además, el príncipe tiene un método para la Destrucción, la llamada Caza de Sangre, mediante la cual se convoca a todos los vampiros de la ciudad a cazar al vampiro condenado a muerte, autorizándose (y a veces exigiéndose) su destrucción, incluso permitiéndose beber su sangre y diablerizarlo. Normalmente suelen ser los vampiros más jóvenes los que más ansiosos están de intervenir en las Cazas de Sangre.